martes, 24 de junio de 2014

Aterosclerosis



Es uno de los patrones de la enfermedad arterioclerosis, caracterizada por engrosamiento y pérdida de elasticidad de las paredes arteriales.


La aterosclerosis se caracteriza por lesiones en la íntima, que se denominan “ateromas”, “placas ateromatosas” que sobresalen en la luz del vaso y la obstruyen. 




Historia natural de la aterosclerosis:

La lesión más temprana de la aterosclerosis es la estría grasa, que se compone únicamente de células espumosas con lípidos; y no obstruyen el flujo sanguíneo al no estar tan elevadas. Contienen linfocitos T y lípidos extracelulares en menores cantidades que las placas.



Figura 1: Aterosclerosis:  en la aterosclerosis la luz del vaso se estrecha debido al acúmulo de sustancias intra y extracelulares en la pared del vaso. Este es un ejemplo de mínimo estrechamiento de la luz vascular.


Las placas ateroscleróticas se desarrollan de forma primaria en arterias elásticas y musculares de mediano y gran calibre. La enfermedad sintomática afecta frecuentemente a las arterias que irrigan al corazón, encéfalo, riñones y extremidades superiores. Aquellos vasos de pequeño calibre pueden tener su luz obstruida debido a una placa que posteriormente pueda causar lesión isquémica.



Figura 2: El cambio más precoz consiste en un acúmulo subendotelial de macrófagos espumosos.

El ateroma es una lesión focal elevada con un centro blando, amarillento cubierto por una envoltura fibrosa. 

Las placas ateroscleróticas tienen 3 componentes principales:
 a) células musculares lisas, macrófagos, y leucocitos.

b) MEC, con colágeno, fibras elásticas y proteoglicanos

c)lípidos intra y extracelulares.




Figura 3: A medida que la enfermedad progresa, se produce una proliferación de células musculares lisas modificadas y una disminución del número de macrófagos espumosos.

Clasificación de la American Heart Association, de las lesiones ateroscleróticas:




Los ateromas frecuentemente se calcifican.



Figura 4: Este es un ejemplo de placa calcificada.

Riesgos en lesiones avanzadas:
Rotura focal, ulceración o erosión, lo que conduce a la exposición de sustancias trombogénicas
Hemorragia
Trombosis superpuesta que puede ocluir total o parcialmente la luz.


Figura 5: En un vaso sanguíneo muy estrechado, la luz está casi totalmente ocluida.



Figura 6: Se ha producido la recanalización de la placa.


Factores de riesgo:

Se pueden dividir en constitucionales y adquiridos. Los factores constitucionales comprenden edad, sexo y genética.
En cuanto a la edad, el riesgo de aterosclerosis aumenta con cada década. Con respecto al sexo, los hombres están más predispuestos a desarrollar aterosclerosis que las mujeres, aunque algunas décadas después de la menopausia, los riesgos se igualan.
Otros factores no genéticos, como la dieta, estilo de  vida y hábitos personales, son potencialmente reversibles.


Patogenia:

Predominan dos hipótesis sobre el origen de la aterosclerosis. Se considera que la aterosclerosis es “una respuesta inflamatoria crónica de la pared arterial iniciada por la lesión del endotelio. La progresión de la lesión es mantenida por la interacción entre lipoproteínas modificadas, macrófagos procedentes de los monocitos, linfocitos T y los constituyentes normales de la pared arterial”.

Lesión endotelial:
Constituye la clave de la hipótesis de respuesta a la lesión, se desconoce su causa, pero estaría relacionada con algunos agentes  como el humo del tabaco, algunos virus y demás agentes infecciosos. Las citosinas inflamatorias (Ej, TNF), estimulan la expresión de genes endoteliales que podrían favorecer la aterosclerosis.

 Inflamación: Los mecanismos inflamatorios median la iniciación, progresión, y complicaciones de la lesión aterosclerótica.

Lípidos: los lípidos principales constituyentes de las placas son colesterol y ésteres de colesterol procedentes del plasma. 

Bibliografía:

Robbins y Cotran, Patología estructural y funcional.
Milikowski y Berman, Atlas de Histopatología 

Diabetes Mellitus


  Es definida como un grupo de trastornos metabólicos que tienen en común la hiperglucemia,  ésta última puede ser debida a defectos en la secreción de insulina o defectos en su acción, y más comúnmente, en ambos. Es una de las causas responsables de enfermedad renal terminal, ceguera en la adultez y amputaciones no traumáticas de extremidades inferiores.

Diagnóstico:

El diagnóstico de la diabetes se basa en tres estudios:
-Una glucemia ocasional  >200 mg/dl, con síntomas y signos clásicos (poliuria, polidipsia, polifagia
- Una glucosa en ayunas >126 mg/dl en más de una ocasión. (Los valores de la glucemia normal oscilan entre 70 y 110 mg/dl)
-Un test de tolerancia oral a la glucosa en el que la glucosa sea >200 mg/dl 2 horas después de la ingesta de una carga estándar de glucosa.
Una glucosa en ayunas entre 110 y 126 mg/dl supone una glucosa en ayunas alterada, y un test de tolerancia a la glucosa entre 140 y 200 mg/dl significa una tolerancia a la glucosa alterada; con un riesgo elevado de progresión a diabetes.


Clasificación:

Se puede clasificar en dos grupos generales. La diabetes tipo 1 se caracteriza por una deficiencia absoluta de insulina debido a una destrucción de las células B pancréaticas. La diabetes tipo 2 se debe a una combinación de resistencia a la acción de la insulina y una respuesta secretora inadecuada de las células B, denominada deficiencia relativa de insulina.


Figura 1: En los casos de diabetes mellitus tipo 1 de larga evolución, los islotes de Langerhans quedan sustituidos por amiloide que es un material  amorfo, eosinófilo.


Complicaciones de la diabetes:

Se asocia con enfermedad macrovascular y microvascular.

-La enfermedad macrovascular produce aterosclerosis acelerada entre los diabéticos, que se traduce en un riesgo incrementado de infarto de miocardio, ictus y gangrena de extremidades superiores.

-La enfermedad microvascular se relaciona con la retina, riñón y nervios periféricos provocando retinopatía, nefropatía y neuropatía.

Nefropatía diabética: 



Es una de las causas más frecuentes de muerte en diabéticos. Podemos encontrar tres lesiones:

a) lesiones glomerulares.
b) lesiones vasculares renales (principalmente arteriolosclerosis)
c) pielonefritis



Las lesiones glomerulares principales se relacionan con el engrosamiento de la membrana basal de los capilares, la esclerosis mesangial difusa y la glomeruloesclerosis nodular.

La esclerosis mesangial difusa se refiere al aumento difuso de la matriz mesangial.

La glomeruloesclerosis nodular se caracteriza por depósitos nodulares de una matriz laminar en la periferia de los glomérulos. Se denomina lesión o enfermedad de Kimmelstiel- Wilson.



Figura 2 y 3: Glomeruloesclerosis diabética (enfermedad de Kimmelstiel – Wilson) , el rasgo diagnóstico es la presencia de masas  hialinas nodulares en la periferia del glomérulo.

Por último la pielonefritis es la inflamación aguda o crónica de los riñones que suele iniciarse en el tejido intersticial con extensión a los túbulos; es muy frecuente en los diabéticos en comparación con los no diabéticos, y una forma especial de pielonefritis aguda, la papilitis necrotizante es más frecuente en diabéticos.



Figuras 3 y 4: Pielonefritis aguda. En la pielonefritis aguda, hay un infiltrado neutrófilo que forma abscesos en el intersticio renal. El absceso puede penetrar dentro de los túbulos, apareciendo masas de neutrófilos dentro de los túbulos. Los cilindros de glóbulos blancos que se ven en la orina corresponden a las masas de neutrófilos en los túbulos.



Figura 5: Pielonefritis crónica. En la pielonefritis crónica hay un infiltrado linfocitario con fibrosis en el intersticio renal. Los cilindros de glóbulos blancos forman parte de un proceso agudo superpuesto.


Bibliografía:

Robbins y Cotran, Patología estructural y funcional
Atlas de Histopatología Milikowski y Berman